ANÁLISIS del CD Mirandés 0-0 CD Tenerife
Los onces
El Tenerife alineó un once titular en Anduva muy diferente al del último partido, aunque Luis Miguel Ramis volvió a optar por un 4-4-2, pero la doble punta estaba formada por una pareja inédita como es Joselu y Apeh. Por otro lado, Aitor Sanz volvió al doble pivote junto a Alberto, y Otar volvió a repetir titularidad, pero esta vez en su posición natural, en el lateral derecho.
José Alberto López también sorprendió con su once inicial, no tanto en cuanto a rotaciones, que también las hubo, sino con relación al sistema que empleó. Su equipo resultó muy camaleónico, que variaba mucho de posicionamiento dependiendo de las diferentes situaciones del partido; con la entrada de Simón y Cristo en el equipo titular, daba la sensación de que iban a trabajar en un 4-4-2 fijo, pero se vio que no jugaron con un esquema fijo, sino móvil.
Presión alta para ahogar la salida rival
El Tenerife planteó un partido en el que tenía como objetivo impedir que el Mirandés saliera con la pelota jugada desde atrás, por lo que, desde el inicio del encuentro, el conjunto blanquiazul propuso un bloque alto, con un 4-4-2 en rombo y Aitor Sanz como principal encargado de tapar la salida por Meseguer. Este planteamiento provocó que el Tenerife consiguiera robar balones en zonas peligrosas, aunque el grave problema que tuvo fue la elaboración de esas transiciones, las cuales no consiguieron generar el peligro necesario.
Ese bloque alto provocaba un desplazamiento en largo de los centrales del Mirandés en el que los principales beneficiados eran los defensas blanquiazules, que siempre eran los ganadores de esos duelos. Esto provocó que durante los primeros 45 minutos el partido se desarrollara mayormente en la mitad de campo defendida por el Mirandés; aunque ellos fueran los dueños del balón, apenas crearon peligro.
Nula aportación ofensiva
A pesar de jugar con dos delanteros, ni Apeh ni Joselu consiguieron intimidar al rival, y eso que tuvieron ocasiones de hacerlo, pero ya fuera por la falta de rapidez en las ideas o por el fallo de la toma de decisiones, no pudieron crear peligro. Fue la primera vez en toda la temporada que el Tenerife no realizó ningún disparo a puerta en 90 minutos, dato que demuestra la ya conocida falta de peligro en área rival. Sin duda el que más generó en ataque fue Otar Kakabadze, que parece que cada vez se va sintiendo más cómodo y está dejando buenos detalles por su banda; en el día de ayer generó dos pases claves, tuvo un 80% de acierto en el pase y realizó dos intercepciones.
Los cambios siguen sin hacer efecto
Un partido más en el que los cambios no consiguieron modificar la dinámica del encuentro, y ya van varios consecutivos. Ayer Ramis, en la segunda parte, dio entrada a Fran Sol, Valera, Moore y Sam, este último en la posición de extremo, mandando así a Germán a la banda izquierda para que jugara así por el perfil de su pierna buena.
Pero ni aun así consiguieron llegar, ni dando entrada a los jugadores más capacitados para cambiar la dinámica del encuentro. Apenas el conjunto blanquiazul inquietó a la defensa rival, y el mapa de pases y de calor desde el minuto 60 así lo demuestra, pues los chicharreros apenas fueron capaces de combinar en zonas de tres cuartos, y eso que había jugadores adecuados para ello.
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