Análisis del CD Tenerife 3-1 CF Fuenlabrada
Los onces
El Club Deportivo Tenerife salió con un once muy reconocible, manteniendo el 4-4-2 habitual en el que la doble punta estuvo formada nuevamente por Enric Gallego y Mario González, siendo este último el encargado de ocupar una mayor altura, mientras que Enric era el que estaba algo más retrasado. Una de las principales novedades del once fue la entrada de Alex Muñoz en el lateral izquierdo en lugar de Pomares. Por último, destacar de nuevo la titularidad de Pablo Larrea en el doble pivote junto a Aitor Sanz, siendo así un centro del campo más de contención que creativo, pero que a pesar de ello se adaptaron bien y dieron fluidez al juego blanquiazul.
En el caso del Fuenlabrada, Sandoval salió con un 4-2-3-1 en el que lo más llamativo fue la posición de Javi Ontiveros, que fue el encargado de ocupar la media punta pero no fue determinante en esa zona de tres cuartos dado que su rango de participación fue mucho más atrasado y eso le impidió ser determinante. Con el paso de los minutos el equipo fue variando su esquema en busca de posibilidades, incluso colocando a una defensa de cinco hombres no solo para aportar solidez defensiva y tapar esa doble punta que planteaba el equipo de Ramis, sino también para generar peligro al equipo blanquiazul en las transiciones.
El gol antes que el juego
Nuevamente al Club Deportivo Tenerife le costó generar a través del ataque posicional ante un equipo que le cedió por el balón por completo y esperó en un bloque bajo como fue el Fuenlabrada.
Además a esto hay que sumarle el doble pivote formado por Aitor Sanz y Pablo Larrea, siendo este último el principal encargado de incrustarse entre centrales para generar superioridad y darle una mejor circulación a la jugada; aunque bien es cierto que esta línea de tres se vio en menos ocasiones ya que el comportamiento pasivo del Fuenlabrada en la primera línea de presión hacía que al Tenerife no le hiciera falta incrustar a un jugador más. Una de las principales vías para generar peligro fueron los pases de larga distancia a Jérémy Mellot ejecutados por los centrales, especialmente por Sergio (central del perfil derecho) y no por José León como suele ser habitual.
A diferencia de otros partidos en los que al conjunto blanquiazul le ha costado un mundo marcar gol, el pasado domingo fue diferente dado que el primer gol del encuentro llegó en un momento en el que el Tenerife no se sentía del todo cómodo generando y apenas inquietaba a la defensa visitante. Es por ello que este gol a través de una falta lateral fue determinante para cambiar el devenir del partido y con ello el plan del conjunto blanquiazul.
Un partido nuevo con el 1-0
Tras ese tanto inicial de Enric Gallego el plan de partido del Club Deportivo Tenerife cambió completamente y cedió por completo la posesión al conjunto visitante, sintiéndose mucho más cómodo esperando en un bloque bajo para poder salir rápido en transición una vez recuperara en la medular. Este nuevo plan favoreció notablemente al conjunto blanquiazul e hizo sentir muy incómodo al equipo visitante, que no fue capaz en ningún momento de romper ese engranaje defensivo del Tenerife, ya que la circulación era muy lenta y apenas encontraron a Javi Ontiveros por el pasillo interior.
Uno de los problemas que está teniendo el equipo de Ramis en estos últimos partidos es su poca solidez en la línea de medios, la cual es superada con más facilidad (sobre todo por los costados) respecto a los anteriores partidos, lo que provoca que tenga que emplearse más a fondo la línea defensiva. Eso el otro día se pudo apreciar en ciertos momentos pero no fue un patrón habitual dado que el rival basaba su juego por los pasillos interiores, haciendo así importante esa faceta sin balón de Aitor Sanz y Pablo Larrea en la medular, los cuales fueron capaces de robar con cierta facilidad aunque no pudieron lanzar para transitar con peligro, abusando en muchas ocasiones del reinicio y no usando esa verticalidad que ha caracterizado al Tenerife en algunas jornadas.
La mala toma de decisiones en metros finales
Ya con el marcador a favor y con el Fuenlabrada más echado al ataque, el Club Deportivo Tenerife tuvo la oportunidad de aumentar su renta en más de una ocasión pero la mala toma de decisiones en los metros finales hicieron que no no se pudiera ampliar. El conjunto blanquiazul pudo salir con mucho más peligro en transición que durante la primera parte, sobre todo por el sector izquierdo de la mano de Bermejo, que salía muy bien hacía adelante para aprovechar esos metros que dejaba Iribas cuando se sumaba al ataque.
Al igual que la toma de decisiones en metros finales fue mala, hay que destacar la gran capacidad para transitar una vez se recuperaba el balón, en donde el conjunto blanquiazul no buscaba llegar de la manera más rápida sino de la más efectiva y mediante la combinación, apoyado en muchas veces por un gran Víctor Mollejo en esa fase.
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