Análisis del CD Tenerife 0-1 UD Las Palmas
Los onces
El Club Deportivo Tenerife salió al primer partido del año con el once esperado, en donde la única novedad fue la entrada de Álex Bermejo en banda derecha debido a las numerosas bajas que disponía el conjunto blanquiazul para ocupar esa demarcación. Por lo demás no hubo más sorpresas, Ramis mantuvo el 4-2-3-1 habitual y también esa pareja de centrales que viene jugando en los últimos partidos como es la conformada por José León y Sergio González.
Por parte de la UD Las Palmas, Pepe Mel pudo disponer finalmente tanto de Sergi Cardona, Loidice y Mfulu, aunque este último no partió de inicio los otros dos sí lo hicieron. El técnico amarillo salió con un 4-2-3-1 en donde el doble pivote estuvo formado por Fabio y Loidice, la media punta fue para Kirian y tanto Jesé como Viera tuvieron una mayor libertad, por lo que no ocuparon una posición concreta. Ante la baja de Álvaro Lemos, fue Ale Díez el encargado de sustituirle en ese lateral diestro.
El duelo de pizarras
La primera parte del conjunto blanquiazul fue positiva en muchos aspectos, sobre todo porque se vio reflejado sobre el campo lo que quería Ramis de sus jugadores. El Tenerife planteó una presión alta en salida de balón rival con el objetivo de robar lo más arriba posible, impidiendo sobre todo que se girara Loidice, y así pillar más descolocada a la defensa amarilla en las transiciones, aunque si estos conseguían una salida limpia no tenían ningún problema en replegar rápidamente a su habitual bloque bajo pasivo, en donde la idea era la de cerrar pasillos interiores y el avance de la UD, sin importarle lo más mínimo la posesión en zonas intrascendentes y esperando para recuperar en zonas centrales gracias a las constantes ayudas.
Fue así como el conjunto de Ramis pudo salir en transición en muchas ocasiones durante los primeros cuarenta y cinco minutos, gracias a esas recuperaciones altas y en zonas centrales, las cuales hicieron que Sam pudiera ser el principal lanzador de estas. Además el gran papel defensivo tanto de Enric Gallego como del británico sin balón fue clave en muchos momentos para robar y salir rápido, ya que se juntaban con el doble pivote, creando en algunas jugadas superioridad numérica. El principal problema de esto era que una vez el balón era recuperado, los dos puntas se encontraban muy lejos de la portería rival.
El conjunto amarillo en fase defensiva se colocaba en un 4-4-1-1 / 4-1-4-1 en donde Jesé se desplazaba a banda izquierda y Viera era el hombre más adelantado. Kirian era el principal encargado de perseguir al medio centro que se incrustara en los centrales para dar salida, mientras que era más Fabio el encargado de saltar al centrocampista blanquiazul restante. Ya en fase ofensiva la movilidad constante de los jugadores de ataque fue uno de los aspectos más llamativos, en donde Viera tenía una libertad total de movimientos, en muchos momentos bajando a recibir más de la cuenta o incluso lateralizándose para dar una mejor salida de balón. Esto generaba una serie de movimientos por delante del balón, en donde Jesé conformaba una doble punta con Benito, Ale Díez ganaba metros y tanto Kirian como Fabio eran los encargados de enlazar con la delantera.
La entrada de Alberto Moleiro
La lesión de Loidice y la entrada de Alberto Moleiro al filo del descanso cambiaron por completo el rumbo del partido y fue ahí donde Mel le ganó la partida a Ramis. La entrada de Moleiro por banda izquierda provocó que Jesé adelantara su posición a la de delantero centro, Viera fuera el enganche y Kirian acompañara a Fabio en el doble pivote. Con el paso de los minutos la UD le cedió la iniciativa al Tenerife con el objetivo de esperarles en campo propio para poder recuperar y transitar rápidamente, algo similar a lo que hizo el conjunto de Ramis en los primeros cuarenta y cinco. Además con Moleiro ganaron un jugador más de banda y hubo una mejor ocupación del terreno de juego por parte del conjunto amarillo, lo que provocó que en muchos momentos estos tuvieran situaciones de ventaja, también provocado debido a que la segunda línea blanquiazul se hundía en exceso y dejaba las inmediaciones del área libre.
El Tenerife por su parte tuvo la misma intención tras el descanso, pero no pudo transitar con peligro ni una vez gracias a las grandes vigilancias ofensivas sobre Sam y Gallego que ejecutó la defensa amarilla, además de la gran presión tras pérdida que realizaron una vez perdían el balón, ahogando por completo la salida blanquiazul. También en el aspecto físico el Tenerife dio un bajón y a pesar de ir a campo contrario a buscar al rival, siempre lo hacían tarde y descompensados (similar a lo sucedido en el Estadio de Gran Canaria), sobre todo por parte del doble pivote. Esto provocaba que la UD una vez superará esa línea de presión apenas hubiera retorno por parte de los jugadores blanquiazules, lo que le hizo vivir muy cómodo a Viera.
Sin Plan B
Las numerosas bajas en el día de ayer provocaron que el Club Deportivo Tenerife apenas tuviera jugadores en el banquillo para darle la vuelta a una situación con el marcador en contra. Con la entrada de Michel el técnico blanquiazul optó por sumar un centrocampista más mandando a Corredera a banda, pero eso apenas duró unos 3 minutos, ya que tras el gol de Kirian, Ramis optó por variar el esquema al 4-4-2 con Apeh y Gallego en punta y mandando a Sam Shashoua a banda derecha. Con este nuevo sistema el atasco blanquiazul fue mayor y las únicas vías de ataque se convirtieron en balones directos a Apeh, dado que también se notó el cansancio de Corredera, al que le costaba llegar a las zonas en donde se encontraba el balón.
Además dio la sensación de que a Ramis le pilló de imprevisto esa fase del partido en donde tuvo que dominar con balón ante una UD más atrás, lo intento con Michel para que pudiera darle una mayor fluidez al juego pero no fue posible.
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