ANÁLISIS del CD Tenerife 1-1 CD Castellón

26 de abril de 2021

CD Tenerife, Portada

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Nacho Lázaro

Los onces

Luis Miguel Ramis optó por un once más ofensivo de lo habitual, dando entrada a Shashoua, Valera y Valentín Vada en la línea de tres mediopuntas del sistema 4-2-3-1; el británico fue el que ocupó la posición central, por detrás de Fran Sol, aunque en el día de ayer vivió mucho más cerca de este y no de la línea de mediocentros. En la faceta defensiva, Otar repitió en el lateral izquierdo ante las bajas de Pomares y Álex Muñoz.

Por parte del Castellón, Garrido mantuvo su habitual 4-4-2, con la única novedad de Krhin en el doble pivote, y mantuvo a Marc Mateu en el banquillo. A diferencia de otros encuentros, este esquema se mantuvo en todo momento sin importar la altura del bloque defensivo.

Vada y Sam, la diferencia

Los primeros minutos en clave ofensiva del Tenerife fueron muy buenos, de los mejores de las últimas jornadas, y gran parte del mérito la tienen tanto Sam Shashoua como Valentín Vada, quienes se van entendiendo mejor sobre el césped tras cada partido que pasa. En cuanto al británico, abandonó ese rol más creador que ha tenido en otros partidos para vivir mucho más cerca del área rival; esto le benefició a Sam, que recibió en muchas ocasiones en ventaja y pudo darse la vuelta y encarar a la defensa del Castellón; intervino lo habitual, pero fue más incisivo que en otros partidos, dando en muchas ocasiones el último pase y no el primero como en otros encuentros en donde bajaba mucho para poder estar más en contacto con el balón.

Sin embargo, en ese interior izquierdo en que ya viene siendo habitual, a Vada se le vio muy cómodo; no tuvo nunca una marca encima de él debido a que César Díaz no es un especialista en ello, por lo que pudo intervenir en todas las zonas del campo, desde la creación (el argentino fue el encargado de ayudar en la salida metiéndose como un MC más), hasta ir de fuera a dentro para ser decisivo en el último pase.

Dominio a pesar de la expulsión

A pesar de la expulsión de Javi Alonso en el minuto 26, el Castellón no quiso saber nada de la pelota y mantuvo su idea de esperar en campo propio para poder atacar mediante transiciones. Por la otra parte, el Tenerife no introdujo ningún cambio, sino que colocó a Vada como acompañante de Aitor Sanz, siendo esta la primera vez en liga que el argentino ocupa el doble pivote, posición que no es nada nueva para él porque ya la temporada pasada en el Almería la había ocupado.

Esto provocó que Sam cayera a banda, cambiando así a un 4-4-1; la inferioridad del conjunto blanquiazul hizo que el británico fuera menos trascendente y cogiera el testigo Vada, quien hizo un gran despliegue físico para intentar llegar en todo momento a ambas áreas, tanto para defender como para atacar.

Fallos defensivos, algo habitual

No es la primera vez que el Tenerife “facilita” al rival para que anote algún gol. Tras el descanso, el Castellón salió con una idea mucha más ofensiva mientras que Ramis optó por centrarse más en la faceta defensiva dando entrada a Alberto y Nono por Germán y Vada. Esto provocó que el doble pivote fuera más rocoso que en la primera parte, pero sin apenas verticalidad.

En una de las pocas llegadas del Castellón al área blanquiazul, un grave error de Alberto, tanto en la forma de perfilarse para defender el centro, como posteriormente en el despeje que cayó en los pies del jugador rival que no perdonó.

Esta temporada el Tenerife ha encajado más goles de lo habitual por fallos defensivos graves; a pesar de la mejoría desde la llegada de Ramis en esta faceta, el equipo sigue regalando goles y eso puede afectar mucho al conjunto blanquiazul, ya que uno de sus grandes debes es la capacidad para darle la vuelta a los partidos tras encajar.

Tranquilos minutos finales

Dio la sensación durante todo el partido de que el punto le servía al Castellón a pesar de haber disputado más de una hora de encuentro con un jugador más. Mientras que el Tenerife, ante la falta de ideas para atacar ese bloque bajo rival en inferioridad, tan solo pudo hacer daño mediante el balón parado (de ahí llegó el gol en la primera parte); de este recurso vinieron las ocasiones más claras de peligro, el penalti provocado por Carlos Ruiz (no transformado) y la gran ocasión de Sipcic en los minutos finales del encuentro.