Análisis del CD Tenerife 2-0 UD Ibiza
Los onces
Luis Miguel Ramis siguió optando por el 4-4-2 de las últimas jornadas que tan buenos resultados le está dando. Es por ello que también repitió el once que sacó la semana pasada frente a la AD Alcorcón aunque con una variación, la entrada de Mollejo por Andrés Martín en esa posición de interior diestro, con el fin de que el jugador cedido por el Atlético de Madrid le aportara un mayor dinamismo al ataque blanquiazul, además de aprovechar esos espacios que dejaba el Ibiza en la zona defensiva. Por lo demás, no hubo ninguna novedad en el once que planteó el técnico blanquiazul en el día de ayer.
Por parte del conjunto visitante, la UD Ibiza salió con un once bastante ofensivo, donde el esquema inicial eran el 4-2-3-1, pero que tanto los tres mediapuntas como el delantero, eran jugadores claramente de ataque con bastante poco compromiso defensivo. El doble pivote estuvo conformado por Manu Molina y Javi Pérez, siendo el primero de ellos el principal encargado de dar criterio a la circulación de balón del equipo visitante en fase ofensiva. La principal novedad fue la posición de Cifuentes, quien partió como lateral derecho pero en fase ofensiva, en muchas ocasiones, ocupaba posición de centrocampista para aportar un mayor equilibrio defensivo en ciertas fases del juego, pero eso fue en momentos puntuales y la mayoría de tiempo se encargaba de aportar amplitud en salida, mientras que Escobar (lateral izquierdo) actuaba más como tercer central en el inicio del juego.
Defender hacia adelante y no hacia atrás
A pesar de repetir el sistema (y jugadores) de las anteriores jornadas, el plan de partido del técnico blanquiazul fue distinto al de los otros partidos, también provocado por el rival que tenían enfrente y el principal objetivo era el de desactivar las rápidas combinaciones en los pasillos interiores, uno de los principales fuertes de la UD Ibiza. Como era de esperar, el Tenerife cedió por completo la posesión a su rival pero no esperó en un bloque bajo como es habitual, sino que Ramis optó por colocar un bloque medio con la intención de impedir que el conjunto visitante pudiera tuviera tiempo para pensar en la zona de creación.
Esta altura del bloque defensivo vino de la mano de una actitud más agresiva a la hora de ir a recuperar, yendo a defender en más ocasiones hacia adelante (que no en zonas adelantadas) de lo habitual, siendo en este aspecto claves la línea de cuatro centrocampistas (Mollejo, Aitor Sanz, Corredera, Bermejo), quienes acumularon un total de 22 recuperaciones en el encuentro. Esta defensa más agresiva no solo fue en la medular, sino que también la llevaron a cabo los laterales, anticipándose perfectamente en el momento y lugar justo, para poder después salir en transición y aprovechar los espacios que dejaba el equipo de Paco Jémez no solo a la espalda, sino también entre líneas.
No solo esto ayudó al Tenerife a recuperar en mejores posiciones como comentamos anteriormente, sino que también se anuló por completo las transiciones del rival, una de las principales virtudes. Además en posicional tampoco pudieron generar peligro dado que tanto Aitor Sanz como Corredera estuvieron perfectamente atentos a las apariciones desde atrás de Davo y Guerrero para generar superioridad en la medular. La única vía de ataque del Ibiza fue su banda derecha, pero en todo momento estuvo controlada, dominando muy bien la defensa del área ante los envíos laterales.
El dominio de la defensa del área
Tras el paso por los vestuarios, Paco Jémez agitó el árbol con el fin de encontrar nuevas soluciones ante el planteamiento defensivo del Tenerife, es por ello que optó por colocar una defensa de tres y colocó de carrileros tanto a Davo como a Cristian Herrera, habituales extremos, por lo que el conjunto blanquiazul tuvo por ambos carriles exteriores espacios suficientes para crear peligro, pero no pudieron aprovecharlos dado que el principal objetivo fue el de proteger el resultado y no ampliarlo.
En la segunda parte ya volvimos a ver a un Tenerife mucho más reactivo, esperando ya en bloque bajo al Ibiza y defendiendo mucho más cerca de la meta de Juan Soriano. Es cierto que el Ibiza sí que generó más en esta segunda mitad, sobre todo gracias a Appin, quien fue el principal encargado de romper las líneas mediante su potente conducción. Pero por lo demás, el Ibiza generó más por acumulación que por elaboración, por lo que el conjunto blanquiazul lo tuvo controlado dado que se sienten especialmente cómodos en este tipo de situaciones, sobre todo gracias a las ayudas defensivas de todos los jugadores.
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