ANÁLISIS del UD Logroñés 1-0 CD Tenerife

4 de abril de 2021

CD Tenerife, Portada

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Nacho Lázaro

Los onces

Luis Miguel Ramis volvió a optar, como viene siendo habitual en las últimas jornadas, por su 4-4-2 característico, con Vada y Nono en las bandas. Los cambios vinieron en la zaga defensiva, en donde tan solo repitió Moore,respecto al último partido; Alberto y Bruno Wilson sustituyeron a los sancionados Carlos Ruiz y Nikola Sipcic, y Pomares sustituyó a Álex Muñoz en el lateral izquierdo blanquiazul.

Por otra parte, la UD Logroñés volvió a repetir once por tercera jornada consecutiva, manteniendo así a Iñaki Sáenz como interior en ataque, para aprovechar su gran determinación en fase ofensiva y su ayuda como quinto defensor en algunos momentos del partido.

Entre poco y nada

El Tenerife volvió a dejar escapar una gran oportunidad de sumar frente a un rival directo y que estaba en una de las peores rachas de los últimos años (1 de victoria en los últimos 19 partidos), en un partido en el que no supo imponer su idea frente a la del rival.

Es cierto que durante los primeros minutos vimos a un Tenerife mucho más agresivo por los carriles exteriores, intentando aprovechar en muchas ocasiones las internadas de Shaq Moore y de Nono desde la banda derecha, pero sin llegar a concretar. El conjunto de Ramis no consiguió intimidar en ningún momento del encuentro a esa defensa de 5 hombres que plantaba la UD Logroñés en muchos momentos, obligando al Tenerife a jugar excesivamente horizontales y sin encontrar ningún espacio para hacer daño a esa línea tan poblada.

Aparte de todo esto, la movilidad de los jugadores en el ataque posicional fue nula; en el caso de los dos puntas (Fran Sol y Zarfino), no se entendieron como en los últimos partidos, yendo uno a los duelos y el otro a ganar la segunda jugada, ni consiguieron romper a la espalda rival en ningún momento. También esta falta de ideas estaba provocada en muchas ocasiones por las posiciones de los dos mediocentros, que estaban prácticamente todo el tiempo en paralelo, lo que impedía al equipo avanzar con el balón jugado.

Solo tres tiros a puerta entre los dos equipos

El partido que planteó la UD Logroñés le salió a la perfección, ya que no sufrieron defensivamente,tanto por mérito suyo, pues alternaban en muchas ocasiones la altura del bloque para generar dudas al ataque blanquiazul, como también por la falta de ideas y de recursos por parte del Tenerife, debido a que los jugadores que tenía sobre el campo no son los esenciales para atacar el espacio y sí para recibir el balón al pie. Esa falta de ideas con el balón en los pies hizo que el Tenerife solo realizara dos disparos a portería en todo el encuentro, y ambos en jugadas a balón parado. Pero lo que lo hace más grave aún la situación, es que la UD Logroñés es el equipo que más disparos recibe de la categoría, además de ser el segundo más goleado, con 42 goles.

En cambio, por su parte, el equipo local supo aprovechar a la perfección un robo en campo contrario para abrir el marcador en su primer y único disparo a puerta. Ese gol motivó más a la UD Logroñés, que aumentó en muchos momentos su bloque y fueron mucho más intensos sin balón; todo lo contrario del Tenerife, que volvió a pecar de su falta de verticalidad a pesar de la entrada de Sam y Valera, que fueron los únicos capaces de romper alguna línea mediante sus potentes y rápidas conducciones.

Sin plan B

El Tenerife volvió a desconectar tras encajar el primer gol, y ya se está convirtiendo en algo habitual en la temporada blanquiazul; y aquí el problema es de Luis Miguel Ramis, que no ha sabido solucionar ni encontrar un plan B para revertir dicha situación. Es cierto que el nivel del equipo en el último mes ha ido disminuyendo, siendo superior tan solo frente al Málaga; en los demás partidos, el equipo blanquiazul no ha sido mejor que el rival, a pesar de llevarse dos victorias muy importantes, como fueron la del Alcorcón o la de Albacete, aunque lo más probable es que, si hubieran sido equipos de mayor calibre, el resultado podría haber sido diferente, y no hubiera sorprendido a nadie. El técnico blanquiazul deberá trabajar para darle la vuelta a esta situación y conseguir que el equipo compita cada vez que se vea por debajo del marcador.