Stadium Tenerife
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Análisis del CD Tenerife 0-2 Málaga CF

Los onces

El Club Deportivo Tenerife salió el pasado domingo con un once bastante reconocible, en el que solo hubo dos novedades, ambos obligados debido tanto a lesión de Larrea como a la sanción de Juan Soriano; esto hizo que sus sustitutos fueran Alexandre Corredera y Dani Hernández respectivamente. Por lo demás el técnico blanquiazul mantuvo el plan de los últimos encuentros, optando nuevamente por los extremos a pierna natural para poder así nutrir de más balones a la doble punta formada por Enric Gallego y Mario González. Y por último, fue otra vez Carlos Ruiz el acompañante de José León en el eje de la zaga, a pesar de que los delanteros del Málaga eran de diferente perfil al de los anteriores rivales.

En relación al Málaga Club de Fútbol, Pablo Guede optó por un esquema poco visto como es el 4-3-1-2 en donde ese trivote formado por Luis Muñoz, Genaro y Daniel Lorenzo se impuso con claridad frente al doble pivote blanquiazul. Además la figura de Febas en esa media punta hizo mucho daño entre líneas al Tenerife, quien no supo tapar esa vía de ataque durante la primera parte y fue ahí donde el Málaga le sacó un gran provecho. Por lo demás, destacar la doble punta formada por Brandon y Vadillo, jugadores rápidos al espacio y bastante móviles.

Una presión nada eficaz

El conjunto tinerfeñista buscó desde el primer minuto de encuentro presionar la salida de balón por parte del Málaga como hizo contra el Girona, en un 4-4-2 en rombo con Alexandre Corredera ocupando esa media punta y encargándose de tapar la salida por Genaro, mientras que los interiores (Mollejo y Elady) dejaban libre los carriles exteriores y ocupaban posiciones más centradas, para ayudar a Aitor Sanz en caso de que fuera necesario.

Esta presión no sirvió de nada y el Málaga en ningún momento vio peligrar la salida de balón, debido a que siempre eran capaces de encontrar al hombre libre a través del cambio de orientación. Esto el Málaga lo tenía perfectamente estudiado, y es que cada vez que Dani Martín sacaba en corto, el conjunto blanquiazul orientaba su presión hacia ese perfil, pero esta la realizaba de una manera poco intensa, dejando mucho tiempo para pensar tanto a los centrales como a los laterales visitantes; por lo que dicha basculación por parte de todo el bloque siempre generaba un amplio espacio que siempre era aprovechado por el lateral del perfil contrario, pudiendo así avanzar tranquilamente y superar la primera línea de presión blanquiazul.

Esto hizo mucho daño al Club Deportivo Tenerife, al que le costó en exceso el repliegue al 4-4-2 en bloque bajo, generando a su vez mucho espacios que eran aprovechados a la perfección por parte del Málaga. Una vez en bloque bajo y en su habitual 4-4-2, las prisas por querer defender hacia adelante de algunos y no esperar, generaba a sus espaldas muchos espacios y provocaba grandes desajustes en el engranaje defensivo blanquiazul

El poco ritmo en fase ofensiva

Nuevamente se volvió a apreciar como el 4-4-2 no es el sistema idóneo para Alexandre, no solo por su dificultad para replegar a la hora de ir a campo contrario a robar, sino por los problemas para darle ritmo a la circulación del equipo blanquiazul. Y es que el pasado domingo a diferencia de otros encuentros en donde han estado más escalonados, tanto Enric como Mario volvieron a ocupar ambos la misma altura, viviendo así mucho más cerca de la portería contraria y sin tener que participar mucho en el juego.

Pases del doble pivote del CDT en la primera parte.

Además a esto se le sumó la presencia de Mollejo y Elady a pie natural, lo que hacía que ambos estuvieran más abiertos e incluso en algunas ocasiones se pisaran con los laterales, sin ocupar así los espacios racionalmente. Con esta idea lo que buscaba el conjunto blanquiazul era la de tener una mayor facilidad para encontrar posiciones favorables para el centro y así poder nutrir de buenos balones a la doble punta, pero el Tenerife no encontró la manera en ningún momento de llevar el balón a esas zonas propicias para el centro debido a que no existía ningún nexo de unión entre la medular y las bandas, existiendo así grandes espacios en la zona central que no eran ocupados por nadie.

La principal vía de ataque volvió a ser el balón vertical hacia los extremos con el fin de que fueran ellos mismos los encargados de generarse las situaciones de centro, pero bien es cierto que el Málaga estuvo estupendamente en las ayudas a las bandas y apenas dieron oportunidades a que el Tenerife pudiera generar peligro, viéndose así más atascado el ataque blanquiazul.

La vuelta al 4-2-3-1

Tras el descanso Luis Miguel Ramis fue consciente de las pocas oportunidades que había tenido el Tenerife para generar peligro por fuera y optó por cambiar su planteamiento introduciendo la figura del media punta, como fue el caso de Andrés Martín, variando así el sistema al 4-2-3-1. A esto se le sumó el cambio de bandas tanto de Elady como de Mollejo, que se colocaron a pierna cambiada.

Con esto el técnico blanquiazul buscó aumentar el juego por los pasillos interiores y darle algo más de libertad a los laterales, pero ni así el Tenerife fue capaz de encontrar esos espacios para inquietar a la defensa rival. La circulación prácticamente siempre fue muy lenta y previsible, ya que la principal vía de ataque del equipo local en esa segunda parte fue la de buscar constantemente diagonales, que eran perfectamente defendidas. A pesar de este cambio de sistema el Tenerife siguió sin ser capaz de encontrar a los interiores, viéndose así reducida la capacidad ofensiva del equipo dirigido por Luis Miguel Ramis.

Nivel Experto en Scouting y Análisis del juego (AFECFA). Entrenador de fútbol UEFA 'C'. Redactor y analista en Stadium Tenerife. Twitter: @nalaca01

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