Análisis del UD Ibiza 0-0 CD Tenerife

5 de noviembre de 2021

CD Tenerife, Portada

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Nacho Lázaro

Los onces

El Club Deportivo Tenerife salió a Can Misses con bastantes cambios respecto al último partido frente al Burgos, dando descanso a jugadores como Alexandre, Elady, Álex Muñoz o Mellot. A pesar de ello, Ramis mantuvo su 4-2-3-1 habitual, donde el doble pivote estaba formado por Larrea y Michel con Bermejo, Sam y Rubén Díez en la línea de mediapuntas, y fue Mollejo quien volvió a ocupar la posición de 9.

Por parte del Ibiza, Juan Carlos Carcedo varió su esquema respecto a la última victoria en Santo Domingo, dejando de lado el 4-4-2 y volviendo a su 4-2-3-1 habitual, dando entrada a ese trivote formado por Manu Molina, Appiah y Ekain. Las bandas estaban cubiertas por Javi Lara y Bogusz y en punta, uno de los mejores jugadores de la categoría, Sergio Castel. En fase defensiva, el equipo ibicenco colocaba una línea de cinco hombres atrás, siendo Morillas un central más y Javi Lara el encargado de ocupar el carril izquierdo, pero aun así manteniendo esos dos jugadores adelante.

Falta de mordiente ofensiva

El conjunto blanquiazul no estuvo cómodo prácticamente en ningún momento con el balón en sus dominios ya que Larrea, quien fue el encargado de retrasar su posición para dar salida, fue excesivamente horizontal y apenas pudo filtrar pases para romper líneas. Esto provocó que Sam Shashoua estuviera incomunicado y tuviera que bajar mucho para poder entrar en contacto con el esférico. Además, el equipo de Ramis tuvo una serie de pérdidas peligrosas en salida que le pudieron haber costado caras sino fuera por Nikola Sipcic, quien estuvo inconmensurable en esos uno contra uno.

Dio la sensación de que el Tenerife priorizaba defender con el balón a atacar con él, manteniendo en muchos momentos la posesión en zonas prácticamente intrascendentes con el objetivo de evitar pérdidas y no tanto con la intención de ser verticales, por lo que en muchos momentos el equipo blanquiazul apenas llegaba con intenciones serias a tres cuartos. Esta falta de llegada a últimos metros también fue provocada por la poca participación que tuvo Víctor Mollejo durante el partido, quien demostró que contra tres centrales le es muy complicado crear peligro, dado que siempre se encuentra en inferioridad y no es gran especialista en ese tipo de duelos. Ante esta falta de mordiente ofensiva, Luis Miguel Ramis intervino desde el banquillo cambiando de banda tanto a Álex Bermejo como a Rubén Díez pero no le salió del todo bien la jugada, teniendo que volver ambos a sus posiciones iniciales.

Sólidos sin balón

Nuevamente el Club Deportivo Tenerife se demostró muy sólido en ese bloque bajo que suelen plantear y dejando totalmente incomunicado a Sergio Castel, quien no se encontró cómodo en ningún momento. Posiblemente estemos ante el mejor rendimiento defensivo del equipo en lo que va de curso, ya que en los últimos cuatro encuentros apenas le han generado ocasiones claras de gol más allá de los dos goles encajados. Es cierto que ayer hubo una serie de despistes, pero fueron bien solventados tanto por los centrales como por Larrea, quien fue muy generoso en todos los esfuerzos durante los 90 minutos.

Poca aportación desde el banquillo

Luis Miguel Ramis contaba ayer con un banquillo de nivel capaz de decantar el partido, pero finalmente no fue así. Los cambios, que daban la sensación de que iban a ser diferenciales (Alexandre, Elady y Gallego), apenas aportaron nada diferente al equipo. Alexandre entró al terreno de juego un poco dubitativo, con algunas pérdidas peligrosas en elaboración y tampoco pudo comandar esa salida de balón como si ha podido hacer en otros partidos. Al mismo tiempo, Elady Zorrilla entró en el puesto de mediapunta, una posición donde se ven tapadas sus virtudes ya que es un jugador que vive mucho mejor rompiendo y no tanto combinando. Y por último Enric Gallego, al que se le ve aún con falta de ritmo no pudo vivir en el corazón del área, pero aun así, igualmente ganó bastantes duelos y fue capaz de activar a algunos jugadores a partir de su juego de espaldas.