La ‘típica’ normalidad
Poco a poco vamos viendo que el deporte está volviendo a la normalidad en la isla y fuera de ella, aunque en estos momentos haya habido otro nuevo parón por el dichoso virus. Eso sí, sin público en los estadios o pabellones. En este caso, poco ha cambiado para mi el que no pueda asistir a los eventos en directo, puesto que desde 2011 vivo en Madrid.
Hace ya mucho tiempo que no piso el Heliodoro Rodríguez López o el Santiago Martín, desde que me vine a Madrid. Ahora bien, perderme un partido del Tete, de los aurinegros o de nuestras guerreras del Granadilla, es algo que no entra en mi cabeza. Ya esté trabajando, en un almuerzo o en casa, se busca la manera de ver a las de Francis, Txus o Ramis.
En el ámbito que concierne al CD Tenerife, quizás no sea el hincha más complaciente con la directiva ni con el rumbo que está tomando el equipo en estos últimos años tras aquel 2009 en Primera División, pero no puedo evitar sentir ese cosquilleo cada vez que los blanquiazules saltan al Heliodoro a defender la camiseta. A un lado dejo el tema Alberto y Javi Alonso, que para todos ha sido una vergüenza y un varapalo emocional tremendo.
La nota positiva la ponen las otras dos secciones destacadas de la isla como el Egatesa, cuajando una temporada de ensueño en la Liga Iberdrola, o el CB Canarias, codeándose con los cocos de la ACB como Real Madrid o FC Barcelona.
Aquí en Madrid se vive de otra manera ese amor por el Tenerife. Somos muchos los que a veces nos juntamos para verlo. Hemos visto de todo. Desde un 2-0 en una gélida noche en Fuenlabrada, estando en Segunda B, o aquel 0-3 al Rayo en Copa del Rey. También muchos partidos del Canarias en el Wizink o en el Fernando Martín de Fuenlabrada. O de las chicas en el Cerro del Espino.
Ahora nadie puede ir a dar nuestro aliento a los equipos que nos llenan de orgullo, pero desde casa, o desde Madrid como es mi caso, lo seguimos haciendo cada tarde de partido. Y así es mi ‘típica normalidad’ desde Madrid.