El Relato: “La voz de Twitter”

25 de marzo de 2021

Opinión

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Javi Viña

Gustará más o menos su fútbol, pero de lo que nadie puede dudar es de la honestidad de Álvaro Cervera. Demasiada, quizás, para esta isla y este entorno envilecido. Pero el sabio dejó una frase que lo resume todo y lo resume a él: “Las redes sociales dan voz a quien nunca escucharías en la vida real”. Y estoy seguro de que después, adusto como siempre, se colocaría las gafas y se despediría tan tranquilo, con el gesto pausado y estoico de quien hace de aguantar el chaparrón una forma de vida.

Pero, aunque lo sepas y vayas preparado, a veces una de esas voces se cuela por el filtro. Y toca donde no debe. Y algo así nos pasó un poco a todos los que esta semana entramos a Twitter y leímos las palabras, pretendidamente intelectuales, de una persona que afirma amar a Canarias y a la Unión Deportiva Las Palmas.

Equipo de barrio, nos llamó, como si eso fuese un insulto. Localistas pobres de miras, a la sombra del representativo de las siete (o las ocho) islas. Perdedores con su minuto de gloria, allá por los ya lejanos noventa.

Y alentaba, además, a los fieles amarillos, a dejar de lado tan nimia rivalidad, para volver a poner sus orgullosos ojos donde les corresponde: los puestos altos de la Primera División.

Y debe de tener razón, porque creo haberle oído algo a mi abuelo sobre el tema. De cuando quedaron subcampeones de Liga. Y de una vez que fue a un estadio que se llamaba Insular, y que era un estadio de fútbol de verdad, no uno de atletismo reconvertido.

Pero hay un problema que seguro no contempló: que desde tan alta atalaya no se ve el césped, ni la hermandad que ahora, al fin, nos une: la mediocridad, la corrupción de valores, el desprestigio y el desánimo más absoluto.

Y creo, también, que por eso no puede recordar el gol de Alfaro, o los dos que Ayoze dejó de despedida. O a Suso, con la grada Naciente noqueada a su espalda, besándose el escudo bajo la luna resplandeciente de Las Palmas de Gran Canaria.