Análisis del Levante UD 2-0 CD Tenerife
El Club Deportivo Tenerife tuvo una mala noche en el feudo del Levante Unión Deportiva. Al contrario que la temporada pasada, le faltó esa hipercompetitividad que mostraba lejos de su feudo, cometiendo errores individuales y sin el juego ni la contundencia necesaria para disputarle el partido al conjunto granota. Analizamos los porqués de esta derrota 2-0 del conjunto de Ramis.
El once del CD Tenerife
El técnico blanquiazul siguió confiando en la idea de las dos primeras jornadas. 4-2-3-1, con Shashoua como mediapunta, por delante del doble pivote conformado por Aitor Sanz y José Ángel. También mantuvo a Carlos Ruiz en el eje de la zaga, acompañando a José León, a pesar del poderío físico del delantero del Levante, Wesley (que seguramente invitaba a dar entrada a Sipcic). La única novedad, obligada por la sanción de Corredera, fue el debut como titular de Waldo Rubio, en la banda derecha, pero el nuevo extremo blanquiazul no estuvo demasiado acertado. Al igual que un Dauda que no pudo aportar lo mismo que en partidos anteriores, aunque sí trabajó mucho en defensa.
Buen comienzo del equipo de Ramis pero caída tras el primer golpe
El conjunto blanquiazul salió bien plantado al terreno de juego del Ciutat de València, pero recordando al Tenerife de fuera de casa de las temporadas anteriores al curso pasado, esa buena puesta en escena no se tradujo en gol y luego se cayó tras sufrir el primer golpe, en la primera ocasión clara del rival.
Y es que en esos primeros 20 minutos de encuentro el Tenerife tuvo bastante posesión de balón y pudo encontrar a Sam Shashoua entre líneas. El inglés apareció mucho en este tramo inicial, siendo clave en la ocasión más clara de los blanquiazules. Recibió un balón filtrado de José León y conectó con la subida por la banda de Nacho. El lateral zurdo, con espacio, puso un centro raso medido pero el remate de Enric Gallego se marchó por poco por encima del larguero.
El Tenerife le estaba disputando el balón al rival, como muestra el dato de 51,1% de posesión para el Levante por el 48,9% para los tinerfeñistas. Pero una posesión infructuosa, sobre todo después de ese buen tramo inicial. Y es que el equipo de Ramis se cayó tras el primer golpe sufrido. Un error individual de Enric Gallego, que había bajado a ayudar en defensa pero que luego dio un mal pase al medio, provocó la jugada del tanto del Levante, en la que el punta granota Wesley le ganó la partida con demasiada facilidad a José León.
A partir de ahí el Tenerife ya no disparó más en toda la primera mitad, teniendo únicamente una ocasión tras un centro-chut raso de Nacho (muy bien en ataque el lateral zurdo pero sufriendo en defensa ante Cantero), al que no llegaron por centímetros Carlos Ruiz ni Gallego. Muestra de cómo se cayó el equipo es el nerviosismo de Juan Soriano, que tras una mala salida pudo encajar el segundo, pero Ruiz sacó el balón sobre la línea.
Un Tenerife desquiciado en la segunda mitad
De los aspectos más negativos que tuvo el partido para el CD Tenerife fue cómo se desconectó y se desquició en la segunda parte. Desde la lesión de José Ángel al poco de reanudarse el juego, en una jugada en la que el Levante no echó el balón fuera, ya se vieron los nervios de los blanquiazules, con una patada a destiempo de Waldo Rubio que terminó con su amonestación.
Además, la posesión siguió siendo infructuosa, sin poder conectar ya con un Shashoua que fue desapareciendo cada vez más. Aitor Sanz, muy desacertado durante toda la noche, no le daba fluidez al juego y Sergio González, que entró por Jurado, le dio un poco más de dinamismo pero tampoco ayudó en la creación (no es su fuerte). Ya tras el 2-0, Aitor Sanz acabó por escenificar esa frustración con una expulsión totalmente evitable (tanto por él como por Ramis, que debía haberle sustituido).
La sensación fue que el Tenerife ni siquiera compitió para puntuar (solo ganó el 44% de los duelos), ante un Levante que sin alardes se llevó el triunfo con claridad. De los 6 disparos a portería que realizó el Tenerife solo uno fue por dentro y sin verdadero peligro para el meta Cárdenas. Por contra, de los 9 que recibió en su puerta, 6 fueron por dentro, lo que muestra que la firmeza y fiabilidad en las áreas que mostraba el curso pasado se ha perdido en el comienzo de éste.
Las sustituciones de Ramis tampoco surtieron efecto. Y eso que esta vez sí gastó los cinco cambios (en las dos primearas jornadas solo había realizado tres y dos sustituciones respectivamente). Pero ni Borja Garcés ni Teto pudieron modificar la tendencia del partido, ni siquiera con el cambio de sistema al 4-4-2. Las dos últimas variaciones, Sipcic y Thierno ya entraron con el partido prácticamente finalizado.
Problemas en las acciones a balón parado
Las acciones a balón parado (ABP) no era de los fuertes del equipo blanquiazul la temporada pasada, más bien todo lo contrario. Una negativa tendencia que parece haber aumentado en este comienzo de curso, tanto en las jugadas ABP a favor como en contra.
Y es que en el duelo ante el Levante prácticamente ningún córner o falta lateral lanzada por el Tenerife llegó a buen puerto. José Ángel estuvo desacertado a la hora de sacarlos y la pizarra de Ramis tampoco funcionó. Únicamente un saque de esquina en la segunda mitad, lanzado por Waldo, fue puesto a una zona de remate pero tampoco se tradujo en una oportunidad.
En las ABP en contra, llegó el segundo tanto del Levante, tras un córner muy mal defendido por Aitor Sanz, que perdió su marca. Los demás defensores blanquiazules tampoco estuvieron lo suficientemente enchufados, ya que Mustafi remató dos veces (la primera vez la detuvo Soriano). Mejorar en este tipo de acciones será en donde más deba incidir Ramis durante la semana.
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